Desde el blog de Yaqui Nuñez del Risco.

Recuerdo que Juan Bosch me confió que había creado el Partido de la Liberación Dominicana con los patrones de disciplina de las que, para él, habían sido las instituciones más perdurables: la Iglesia y el Ejército. De ahí que para alcanzar la categoría de miembro había que pasar por círculos de estudios. Creciendo sin prisa ni pausa, lo que nunca pensó verse en RD: la alianza de Juan Bosch y Joaquín Balaguer, llevó el PLD con Leonel Fernández al poder. Balaguer nunca fue ciego en política. Luego de una experiencia escuela, el PLD perdió el poder para recuperarlo con una cantidad record de votos tan alta como la inconformidad de la población con los resultados del gobierno perredeísta de Hipólito Mejía.

A pesar de la dedicación a la presidencia a tiempo completo de Leonel Fernández, hay un masivo disgusto porque no se ha dado lo esperado. Ello, por causas heredadas como el “enfermo en estado grave” que le dejaron y causas externas incontrolables como el precio del petróleo. Pero hay causas que no son ajenas al partido en el poder y las ha denunciado el más respetable funcionario del Presidente, el funcionario necesario para el cambio necesario, Miguel Cocco, al decir que los pocos recursos de Estado están siendo pésimamente administrados mientras funcionarios compiten por ver quién acumula más riquezas por vía de la plusvalía o través del robo. Y que nadie me diga que la ropa sucia se lava en casa, que lo dicho por Cocco es ropa sucia que se exhibe en todo el país. Eso no se queda así. Leonel sabe que Miguel no engaña al Estado ni engaña al Presidente.