¿Auténtica fe o verdadera fiebre?
Por Mario Díaz/Diariodigital.com
Hace alrededor de un par de meses, durante el desarrollo de un popular programa de television, escuché que pronunciaron varias veces la frase: “Dios está de moda” y la verdad es que, aunque la expresaban con fervorosa lealtad cristiana, el mensaje se distorsiona antes de tocar fondo, pues Dios no es un asunto pasajero, como de hecho son las modas, una fiebre momentánea. Las modas caducan, Dios no.
Ocurre que Dios siempre ha estado presente: ahí donde todos podamos percibirlo, o allí para que lo busquemos no sólo cuando las vicisitudes nos acorralen; allá cuando nos distanciemos de su bondad para que limpie nuestras vanidades; aquí junto a las carencias humanas de siempre para que rectifiquemos, sepultando el inmediatismo, el superego y el endiosamiento terrenal que nos atrofian la memoria hasta olvidar que todos iremos con nuestras osamentas a un ataúd, glamoroso o andrajoso, para ser devorados por gusanos y finalizaremos como un fecal tributo a la tierra. Dios es eterno, nosotros no. Articulo completo
Hace alrededor de un par de meses, durante el desarrollo de un popular programa de television, escuché que pronunciaron varias veces la frase: “Dios está de moda” y la verdad es que, aunque la expresaban con fervorosa lealtad cristiana, el mensaje se distorsiona antes de tocar fondo, pues Dios no es un asunto pasajero, como de hecho son las modas, una fiebre momentánea. Las modas caducan, Dios no.
Ocurre que Dios siempre ha estado presente: ahí donde todos podamos percibirlo, o allí para que lo busquemos no sólo cuando las vicisitudes nos acorralen; allá cuando nos distanciemos de su bondad para que limpie nuestras vanidades; aquí junto a las carencias humanas de siempre para que rectifiquemos, sepultando el inmediatismo, el superego y el endiosamiento terrenal que nos atrofian la memoria hasta olvidar que todos iremos con nuestras osamentas a un ataúd, glamoroso o andrajoso, para ser devorados por gusanos y finalizaremos como un fecal tributo a la tierra. Dios es eterno, nosotros no. Articulo completo
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